¡CUIDADO NO TROPIECES!
Mateo 18:7
¡Cuidado con los tropiezos! Pongamos mucha atención para no tropezar. Los tropiezos vienen para hacernos caer. Pero podemos aprender de ellos para mantenernos firmes. Tengamos cuidado en nuestra vida de creyentes en Jesucristo para no caer y hacernos daño o peor aún, no poder levantarnos y volver a tomar ese estado de gracia donde nos puso el Señor y Salvador.
No esperemos una vida sin tropiezos porque éstos van a estar presentes en nuestro caminar. Pero no olvidemos que Jesucristo ya venció al mundo. No fijemos nuestra atención en aquel por quien viene el tropiezo sino más bien pongamos nuestra atención en nosotros mismos para así no tropezar. Debemos de ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor.
El tropiezo puede venir por la tentación, Mateo 18:8. Trabajemos nuestras áreas de debilidad con la ayuda del Espíritu Santo para madurar en la fe y convertirnos en creyentes fuertes. Cada día pidamos perdón por nuestros pecados. Cada día crucifiquemos nuestra carne con sus deseos y pasiones. Cada día pidamos ser librados de la tentación.
El tropiezo puede venir cuando menospreciamos al hermano en la fe en Jesucristo, Mateo 18:10. Ese menosprecio nos puede llevar a dar un trato que no ayuda al hermano a fortalecerse y continuar en el camino de salvación. De la misma manera que nuestro Padre Celestial nos ayuda a nosotros en nuestras necesidades y en nuestras debilidades, así también ayuda al hermano en la fe. Con la medida que midamos seremos medidos. Lo que queramos que hagan con nosotros así hagamos nosotros con el otro.
El tropiezo puede venir cuando no perdonamos, Mateo 18:15,22,35. Si no perdonamos tampoco el Padre Celestial nos perdonará a nosotros. Entonces lo que nos espera es un camino de sufrimiento, Mateo 18:34.