Dios y tu. Viviendo experiencias con Dios.
Imagínate que te compras una televisión muy cara con los últimos avances y la enseñas a tu familia y le dices que esa televisión es lo último en tecnología y te preguntan si se ve maravillosamente bien y tú le dices que no. ¿Entonces para qué te has comprado la televisión? te podrán preguntar. Y tienen razón porque al final te has comprado una televisión teórica pero no práctica. Tienes un aparato que es un concepto teórico de lo que es televisión pero no tienes algo práctico, no tienes una verdadera televisión.
Salvando las diferencias, algo similar puede ocurrirte con Dios. Dios no es un concepto teórico, realmente Dios es práctico, se quiere manifestar a tu vida, él quiere que tú lo experimentes. Para eso es que Jesucristo nació, para que nosotros pudiéramos ver en un ser humano cómo es Dios, cómo es su carácter, para que nosotros pudiéramos recibir su enseñanza escuchando una voz humana, para que nosotros pudiéramos recibir sus obras, ser tocados por su mano, poder experimentar su amor en acción. Y esto es lo que ocurrió con aquella gente que vivieron en el tiempo de Jesús, que experimentaron a Dios.
Ahora bien, tú me puedes decir que aquello que ocurrió se quedó en aquella gente y ¿qué pasa hoy conmigo? Realmente Jesús cuándo nació, nació como hombre y por lo tanto vivió en un tiempo y en un lugar determinado, pero también murió y resucitó para poder nacer en nuestros corazones de tal manera que todos y cada uno de nosotros podamos experimentarlo.
Jesús dijo algo que maravilló a muchos entonces y también hoy: “El reino de Dios se ha acercado, volveos a Dios y creed su mensaje”. Jesús estaba enseñando que por medio de él podemos experimentar a Dios de una forma personal. Nuestra parte es tomar la decisión de creer a Jesús.
La Biblia nos enseña en el Evangelio de Juan capítulo 1 que todos aquellos que creen en Jesucristo de Nazaret nacen de nuevo como hijos de Dios y en el capítulo 3 enseña que todo el que nace de nuevo como hijo de Dios vive con la presencia del Espíritu de Dios en su interior. ¿Para qué? Para poder tener toda una nueva vida de relación y experiencias con Dios.
¿Y qué experiencias puedo vivir con Dios?, ¿para qué necesito yo a Dios? o ¿en qué me puede ayudar Dios?
Los evangelios están llenos de experiencias que la gente vivió con Jesús. También nos enseña que Jesús es el mismo ayer, hoy y por siempre. Por tanto cuando lees los evangelios, lo que enseñó Jesús y las obras que él hizo, todo eso también lo puedes experimentar tu.
La experiencia de:
-revitalización (nuevas fuerzas),
-enriquecimiento (plenitud, completar lo que te falta),
-liberación (romper ataduras, superar debilidades, lo que te esclaviza),
-propósito (identidad, sentido-relevancia-apasionamiento, destino)
-sanidad del alma (heridas, amargura, perdón).
Hay una experiencia y es la de mantener una relación personal con Jesús que es la que da inicio a una vida plena y abundante, Juan 10: 10; pero fundamentalmente es la experiencia de la salvación, la seguridad de que tu vida no termina cuando te mueres quedando perdido en la condenación eterna sino que la continúes con Jesús en el cielo, Juan 3: 16.