LA PALABRA HACE

 Juan 1: 1, 3

El Verbo, la Palabra, el Mensaje de Dios, es Dios, es la segunda persona de la trinidad. El Verbo, La Palabra es el Hijo. 
Por él fue hecho todo, nada tendría existencia sin él; lo que él hace queda hecho. El Verbo, La Palabra hace, produce, da a la existencia.

Cuando la Palabra es dada, es pronunciada, cuando el Mensaje que es Dios es enviado, es misionado, entonces hace, lleva a la existencia, aún de la nada. Aun la nada responde al Mensaje para hacer lo que la Palabra dice. Por esto Dios usa al profeta Isaías para decir: Isaías 55: 11.

La Palabra, el Mensaje, no es vacío, sin contenido, sino que va lleno de la rica, ilimitada y preciosa obra de Dios.
No es neutro sino que contiene y hace la voluntad de Dios, por lo que puede favorecerte e impulsarte pero también puede corregirte y enderezar tu camino y aún pararte. Pero sin duda que la voluntad de Dios es, como diría el apóstol Pablo: Romanos 12: 2.
Y por supuesto el Mensaje, la Palabra, no es débil sino poderoso. Si Dios habla, si Jesús hace, nada ni nadie podrá evitarlo o pararlo.

Jesús significa Dios salva, el que salva, salvador. Cuando La Palabra es enviada, es enviada para salvar y salvar significa mucho más que dar vida eterna con Dios librando de la condenación eterna de perdición sin Dios.
Entonces cuando La Palabra sale de la Divinidad es para dar y producir vida, es para contrarrestar los efectos del pecado y de la muerte; es para vencer a todo lo que se opone a la voluntad divina de producir vida. La Palabra sana, libera, fortalece, limpia, restaura, capacita, ilumina y guía.

Entradas populares de este blog

EL ÚNICO QUE SACIA DE VERDAD

UN DESCANSO REVITALIZADOR

CRECE POR GRACIA