VIVIR CONFORME A LA PALABRA
Mateo 4: 4, 7, 10
El que es hijo de Dios está llamado a vivir fundamentando su vida en la Palabra de Dios, en fe y obediencia a su palabra. El que es hijo de Dios está llamado a vivir de tal manera que no haga nada que desagrade a Dios, a no hacer nada que deshonre a Dios. Es vivir en el temor del Señor. El que es hijo de Dios está llamado a tener comunión con Dios, a amarlo y a poner su vida a disposición del Señor.
Este llamamiento sobre el que ha sido salvado y hecho hija/a es realmente la identidad del que es hijo/a de Dios. Vivir conforme a la Palabra de Dios, honrarle, amarle y servirle es verdadera identidad.
¿Será que no obedecerle, desagradarle, no adorarle y no servirle es pecado? Porque el diablo tentó a Jesús con estas tentaciones para hacerle pecar. Porque pecado es separado de Dios, y no vivir conforme a la identidad que nos ha sido dada por el Salvador es vivir separado de Dios.
El diablo querrá que ganemos el mundo pero nos perdamos a Dios. Querrá que vivamos con independencia de Dios creyendo que no le necesitamos, consiguiendo todo lo que necesitamos en base a nuestros recursos y poder. Querrá que si nos relacionamos con Dios sea meramente para usarlo para satisfacer nuestros deleites. Querrá que nuestra adoración sea para aquello que nos proporciona la riqueza y el poder que deseamos.
Debemos resistir todo ataque venido del diablo y venido del mundo para anular nuestra identidad, para anular nuestra vida conforme a la identidad que hemos recibido por medio de la salvación en Jesucristo.
Si Jesús pudo resistir la tentación y echar fuera al diablo, nosotros por medio de él también podemos resistir la tentación, que viene a separarnos de Dios, Hebreos 2:18. Si Jesús fue fortalecido para vivir conforme a la voluntad y misión de Dios, nosotros también seremos fortalecidos en el Nombre de Jesucristo para vivir adorando y sirviendo al Señor, Filipenses 4: 13.