ESTABILIDAD

Estabilidad en los estudios, en el trabajo, en la dieta y deporte, en lo sentimental. La estabilidad, la perseverancia, te lleva a alcanzar lo deseado.
El abandonar, sin una razón de peso, como por ejemplo en el plan deportivo tener una lesión, te lleva a perder el tiempo, recursos, el buen ánimo; incluso a caer en las redes del fracaso, de creerte un fracasado, de creerte un inútil.

El Señor también quiere que en la carrera de la fe seamos estables.
El que persevere hasta el fin será salvo. Si somos estables en la fe, él nos guarda con poder para que sigamos hasta que lleguemos a la meta, 1ª Pedro 1:5.
Si decidimos ser estables, permanecer, perseverar, aun en las pruebas, seremos fortalecidos en esa decisión para salir de la prueba, y salir perfeccionados, Santiago 1:3,4.
Y aún las respuestas que recibimos del Señor son seguras cuando nos mantenemos estables en la fe, Santiago 1:6-8. No es solo cuestión de perseverar en lo que se pide sino de perseverar en la fe.

Tenemos que seguir con paciencia, perseverando, sin abandonar, para alcanzar los frutos, para llegar a los objetivos, Hechos 2:42-47.
Esta estabilidad, esta perseverancia en la fe, viene al poner los ojos en Jesús, Hebreos 12:1,2. Esto hará que el río de vida del Señor siga fluyendo en nuestro interior. No nos faltará la fe, las fuerzas del alma, la sabiduría.

Pongamos los ojos en Jesús y seremos llenos del Espíritu Santo, para mantenernos en la fe y la voluntad del Señor y obtener el fruto; la madurez, las respuestas del Señor, el fruto del servicio, las personas siendo salvas.

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