Cuidado con la incredulidad

 Juan 12: 37-40

El Señor quiere seguir manifestando su poder, pero no suceden más conversiones y milagros por causa de la incredulidad.

La incredulidad endurece el corazón y ciega la visión. La incredulidad es producida y fortalecida por:

La vanagloria. El amar más la gloria de los hombres (prejuicios, el que dirán; el que me respeten), el miedo a lo que puedo perder, Juan 12: 43.

Las malas acciones. Que no quiero que sean conocidas, Juan 3: 19, 20.

La soberbia. Creerse mejor que el otro. Creer que nadie tiene nada que enseñarme. Perder mi posición de poder.

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