EL QUE NOS AFIRMA
Ezequiel 2: 2
Es el poder de Dios que viene sobre nosotros por medio de su Espíritu para que nos mantengamos firmes.
Es necesario buscar al Señor para que el Espíritu Santo nos empodere para mantenernos firmes haciendo la tarea que nos ha encomendado.
Es necesaria esa fortaleza y capacitación divinas por las dificultades de servir al Señor, porque la tarea no es fácil, y porque tampoco es fácil tratar con la gente.
Esa fortaleza es tanto física como del alma, es ánimo. Ánimo para perseverar a pesar de los errores que podamos cometer. Ánimo que nos quita el miedo. Ánimo para cambiar lo que en nosotros no esté derecho. Ese ánimo es también necesario para que no renunciemos cuando el Señor nos llame, porque nos hará saber que servirle es necesario para nuestra vida de abundancia y plenitud. Y para entender que el éxito consiste en obedecer al Señor y no tanto en los resultados.
Esa capacitación es inspiración para saber cómo hacer las cosas, es habilidad para hacer las cosas bien; es fuerza de voluntad para terminar las tareas.
Una de las herramientas que el Espíritu Santo va a usar para capacitarnos y usarnos es la Palabra de Dios. Por tanto el llamamiento a buscarle es también el llamamiento a comer su palabra, Ezequiel 2: 8, 3: 1.