VELAD Y ORAD

 Marcos 14: 38

Nuestra carne es débil, nuestra voluntad humana no alcanza para cumplir los presupuestos que nos hacemos para el mundo espiritual. Pedro dijo a Jesús que si hiciere falta moriría con él pero poco después no pudo ni aguantar el sueño una hora, instantes después lo negaría.

Necesitamos orar para fortalecer nuestro espíritu de tal manera que nuestra voluntad espiritual se amolde a la voluntad del Señor y gobierne sobre los deseos de nuestra naturaleza carnal.

La oración es comunión con el Espíritu, 2ª Corintios 13: 14, es comunión con el Padre, Mateo 6: 6, y ahí es donde recibimos la gracia, las respuestas y el poder para hacer su voluntad. En esa comunión en secreto con el Padre sujetamos a él nuestras debilidades y miserias, pedimos ser librados del mal y de la tentación y luego se verá en público tener lugar la preciosa y maravillosa voluntad del Padre.

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