El Mensaje de la Cruz
Juan 19:17,18
La cruz, símbolo de sufrimiento y muerte.
En los tiempos de Jesús, hablar de tener puesta la fe en la cruz era locura (1º Corintios 1: 18). Significaba tener puesta la fe en un instrumento de tortura y muerte. Creer en Jesús crucificado significaba tener puesta la fe en un hombre maldito y en un hombre muerto. La cruz era utilizada para dar muerte a los criminales, y los clavados en la cruz eran considerados malditos (Gálatas 3: 13). La muerte sufrida en la cruz era lenta y dolorosa, y allí también recibían los insultos y burlas de la gente, por lo que la muerte en la cruz se convertía en un desagradable espectáculo.
Entonces ¿por qué sufrió Jesús una muerte tan terrible?
La crucifixión y muerte de Jesús son la esencia y el fundamento del plan de salvación de Dios para el hombre. Jesús, que nunca había pecado, murió en lugar de la humanidad pecadora. Humanidad que por causa del pecado estaba condenada a muerte eterna, a la separación de Dios por siempre en el infierno. Creer en la muerte y resurrección de Jesucristo trae la poderosa respuesta de Dios a todas las necesidades del hombre: físicas, emocionales, espirituales y relacionales.
¡El Evangelio es la Cura Completa para el Hombre por Completo!
El mensaje de la cruz tiene poder para cambiar el corazón y así ofrecer una nueva vida. Es un mensaje de amor, paz, gozo, libertad, sanidad, perdón, reconciliación con Dios y seguridad de vida eterna: Juan 3: 3,14,15.
Era necesario que Jesús muriera.
Evangelio significa “buenas noticias”, es el mensaje de Dios para los hombres de que mediante la encarnación, muerte y resurrección de Jesucristo el hombre que cree recibe la salvación, la vida eterna (Juan. 3: 16). Jesucristo derramó hasta la última gota de su sangre muriendo en la cruz a fin de dar perdón de los pecados a los hombres y reconciliarnos con el Dios Santo (Colosenses 1: 20-22). Jesucristo en la cruz nos libró del poder del pecado en nuestras vidas y quitó toda autoridad al diablo sobre nosotros para que vivamos verdaderamente libres (Colosenses 2: 13-15; Juan.8: 36).
Jesucristo también llevó sobre su cuerpo a la cruz nuestras dolencias (tanto emocionales como físicas) y enfermedades para que nosotros hoy podamos recibir sanidad (1º Pedro 2:24; Santiago. 5:14,15).
Los que se arrepienten de sus pecados y se vuelven a Dios mediante la fe en Jesucristo recibirán nueva vida. Sus pecados serán perdonados, serán liberados del poder del pecado y de satanás, sus corazones quebrantados son sanados, son hechos hijos de Dios y reciben la seguridad de vida eterna en el cielo después de la muerte (Juan.1:12; 2º Corintios 5: 17).
